← Back to portfolio
Published on

¿Volveremos a la normalidad? Calentamiento, tráfico de fauna y enfermedades

Pronto se cumplirá un año desde el primer reporte de COVID-19, el nacimiento de una enfermedad cuya propagación fue tan rápida que en pocos meses se convirtió en una pandemia. A pesar de que el virus nos ha obligado a permanecer en cuarentena durante meses y ha causado más de 1.2 millones de muertes a nivel mundial, muchos encontramos consuelo en la idea de que la pandemia es algo transitorio, que en algún momento todo volverá a la normalidad. La mala noticia es que, en plena crisis climática, el panorama de las enfermedades humanas no es nada esperanzador.

Durante décadas los científicos han estudiado las condiciones —en su mayoría estables— bajo las cuales ciertos organismos patógenos pueden sobrevivir y propagarse. Con el cambio climático muchas de estas condiciones se verán alteradas, tanto así, que se cree que muchos organismos patógenos podrán sobrepasar sus límites naturales y, con esto, aumentar su distribución y prevalencia.

Los vectores de la malaria son mosquitos del género Anopheles. Se sabe que esta enfermedad se propaga en zonas calurosas —aproximadamente a 25 grados centígrados—.

Enfermedades transmitidas por vectores

Los vectores son organismos vivos, como los mosquitos, las pulgas y las garrapatas, que pueden transmitir agentes patógenos a otros organismos. El posible efecto del cambio climático en el comportamiento de las enfermedades transmitidas por vectores es difícil de predecir porque existen interacciones muy complejas entre las variables climáticas, los patógenos, los vectores y los hospederos. Sin embargo, se ha determinado que, en enfermedades como la malaria, los límites espaciales de distribución de los mosquitos que la transmiten son muy sensibles al clima. 

Según el Banco Mundial, para el 2030 alrededor de 3.600 millones de personas enfrentarán esta enfermedad, y para 100 millones de estas será una consecuencia directa del cambio climático.

De igual manera, se predice que otras enfermedades como el dengue, el chikungunya y la enfermedad de Lyme pueden expandirse gracias al cambio climático. Aunque cada una de estas enfermedades es transmitida por vectores que están adaptados a diferentes temperaturas, la evidencia muestra que, en general, las temperaturas más cálidas incrementan la transmisión de enfermedades transmitidas por vectores.

Esta figura muestra cómo el rango geográfico del dengue puede aumentar en un panorama de cambio climático. El mapa A muestra la distribución geográfica estimada del dengue en 1990 y el mapa B muestra la distribución geográfica estimada del dengue para 2085, teniendo en cuenta predicciones del clima para el 2080 - 2100.

El tráfico de fauna

El cambio climático no es el único fenómeno causado por los humanos que oscurece el panorama de las enfermedades. El tráfico de fauna silvestre actualmente es una de las principales amenazas para la fauna. Así mismo, tiene un papel muy importante en el surgimiento de nuevas enfermedades.

Ya lo estamos viviendo.

Se cree que la enfermedad del COVID-19 es una zoonosis, es decir, una enfermedad que se transmite de los animales a los humanos de forma natural. Los mercados de fauna silvestre son potenciales escenarios de transmisión de enfermedades zoonóticas porque ponen en contacto a los humanos con animales silvestres posiblemente infectados con virus, bacterias o parásitos a los que no habían sido expuestos previamente.

Los mercados de animales favorecen la transmisión de agentes patógenos entre animales silvestres, animales domésticos y humanos. Generalmente estos lugares se encuentran abarrotados y en malas condiciones de salubridad. Aunque los mercados de animales son comunes en Asia y África, gracias al tráfico de fauna existen espacios similares en muchas otras partes del mundo.


Tanto el cambio climático como el tráfico de fauna silvestre pueden alterar el equilibrio y las dinámicas naturales de los ecosistemas. La buena noticia es que estas problemáticas se están estudiando constantemente y que en varios países ya existen regulaciones y legislaciones que promueven, por ejemplo, el monitoreo del comercio de animales y la imposición de sanciones a quienes sean parte del tráfico ilegal de fauna. Si no tomamos medidas drásticas para mitigar estas problemáticas, es muy probable que el surgimiento y la propagación de nuevas enfermedades aumente y, de igual manera, que las terribles consecuencias sociales, económicas y de salud pública que todos hemos evidenciado durante la actual pandemia sean cada vez más frecuentes.

Referencias

How does climate change affect disease? (n.d.). Retrieved November 08, 2020, from https://earth.stanford.edu/news/how-does-climate-change-affect-disease

Liang, L., & Gong, P. (2017). Climate change and human infectious diseases: A synthesis of research findings from global and spatio-temporal perspectives. Environment international, 103, 99-108.

Caminade, C., Kovats, S., Rocklov, J., Tompkins, A. M., Morse, A. P., Colón-González, F. J., ... & Lloyd, S. J. (2014). Impact of climate change on global malaria distribution. Proceedings of the National Academy of Sciences, 111(9), 3286-3291.

Wallace-Wells, D. (2019). El planeta inhóspito: la vida después del calentamiento. Barcelona: Debate.

Hales, S., De Wet, N., Maindonald, J., & Woodward, A. (2002). Potential effect of population and climate changes on global distribution of dengue fever: an empirical model. The Lancet, 360(9336), 830-834.

Coronavirus: Por qué la mayoría de las epidemias se originan en Asia y África. (n.d.). Retrieved November 08, 2020, from https://www.bbc.com/mundo/noticias-51806481